Al igual que con el diseño y la forma de fotografiar los productos, en las tiendas donde se vendían el cliente debía entender de una manera clara y diáfana los mismos, la exhibición tenía que ser a la fuerza congruente y consistente con el estilo Braun.
Para ello encargaron a Otl Aicher, Hans G. Conrad y Wolfgang Schmittel (grafismos) el diseño de expositores que cumpliesen estas premisas; fruto de ello Braun produjo toda una serie de modelos que ejemplifican perfectamente la coherencia en la comunicación en todos los ámbitos que habían impulsado Fritz Eichler y Erwin Braun cuando decidieron dirigirse a la HfG para dar un vuelco absoluto al obsoleto diseño que había en los años 50.
Ya en los años 60’s la preocupación en Braun era que los protagonistas en el punto de venta fuera los producots y no los stands o soportes que exhibían los artículos; ejemplo de ello son estos soportes de suelo en plexiglás transparente y con un logo muy discreto para mostrar la gama de despertadores, se aprecia claramente que el protagonismo era para el producto ya que lo que los exhibía pasaba casi desapercibido al ojo del que lo veía.